Durante siglos, la importancia atribuida al arte por parte del pueblo tibetano se tradujo en una floreciente industria artesanal, extraordinaria por la diversidad de métodos y materiales utilizados. La pintura fue la disciplina más destacada, especialmente por su significado religioso que evoca y mantiene vivos los ideales del budismo.
Los thangkas reflejan esta tradición sagrada. Son un tipo de pintura tibetana usada por los budistas para meditar, también conocida como “templos ambulantes” debido a la vida nómada de los tibetanos. Cuentan con dos varillas en los extremos superior e inferior que permiten colgarlo o enrollarlo para transportarlo.
La aparición de la thangka, originaria de la India, en el Tíbet se remonta a los siglos VII y VIII. Las thangkas sirven para mostrar las teorías budistas y es una forma de profesar el budismo, representar historias de la vida de los santos, las actividades religiosas, conservar la iconografía de las figuras importantes, dar a conocer los sucesos históricos y la cultura tradicional.
El tamaño de los Thangkas varía: puede ser de pocos centímetros a varios metros cuadrados. Un gran thangka necesita un gran equipo de artistas y puede tardar meses o incluso años para hacerse.
Aunque thangka significa imagen, muchas veces se limitan a una especie de collage de telas de distinto color. No importa, ya que su función no es decorativa. Los monjes budistas rezan ante los budas de los thangkas para meditar y realizar su ejercicios de contemplación. Por su parte, los adeptos a esta religión los cuelgan en la pared de su casa y les hacen ofrendas.
Su valor funcional como objeto de contemplación y meditación se ejemplifica en los mandalas, diagramas formados por círculos y cuadrados cuyos elementos (símbolos, objetos e imágenes de divinidades) aparecen dispuestos en torno a un centro y constituyen representaciones espirituales del orden del mundo. La ocupación china del Tíbet supuso un cataclismo para los modos de vida tibetanos y trajo consigo la diáspora de muchos de ellos y el expolio de sus riquezas. El patrimonio artístico tibetano, aun en peligro, sigue conservándose en estas fabulosas creaciones.
Película presentada en el festival de Cannes en 2012. Drama en
idioma Tibetano (subtítulos en Inglés y Chino), dirigida por el Director chino
Hasi Chalou.
La película se centra en una Escuela Tradicional de Thangkas, en la capital de Tibet: LHASA, y las relaciones entre los protagonistas, reflexiona sobre el choque entre Tradición frente a Innovación, lo cual crea tensiones ente el viejo Maestro Director de la Escuela y su único hijo, que pinta una fusión entre tradición y modernidad.
En el centro de estas relaciones encontramos a otro personaje
"Gaga", un joven al que le faltan los dos brazos, y al cual, el
Maestro cree que es la Reencarnación del fundador de la escuela, personaje
interpretado por Yundan, que en la vida real es Pintor de Thangkas.
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